El tronco de Jessé
Del libro del pesebre de St. Michael
Autor: P. Heribert Graab S.J.
Saldrá un retoño del tronco de Jesé, un vástago brotará de sus raíces. Sobre él reposará el Espíritu del Señor: Espíritu de inteligencia y sabiduría, Espíritu de consejo y valor, Espíritu de conocimiento y temor del Señor. No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas. Juzgará con justicia a los débiles, sentenciará a los sencillos con rectitud; herirá al violento con la vara de su boca, con el soplo de sus labios matará al malvado. Será la justicia el ceñidor de sus lomos; la fidelidad, el cinturón de sus caderas. Habitará el lobo junto al cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el ternero y el leoncillo pacerán juntos; un muchacho pequeño cuidará de ellos. La vaca vivirá con el oso, sus crías se acostarán juntas; el león comerá paja como el buey, el niño de pecho jugará junto al escondrijo de la serpiente, el recién destetado meterá la mano en la hura del áspid. Nadie causará ningún daño en todo mi monte santo, porque el conocimiento del Señor colma esta tierra como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se alzará como enseña de los pueblos; a ella se volverán las naciones y será gloriosa su morada. (Is 11,1-10)

Interpretación:

Ningún idilio –la noche y el tronco: Éste se pudre ante sí mismo. El pueblo de Israel, toda la humanidad se ha entregado a los poderes de la muerte. Todos somos culpables. Ninguno puede superar la prueba. Pero entonces la promesa de Dios: “Del tronco de Jesé saldrá un retoño". De un tronco sin vida –Jesé, el padre de David, y todos nosotros estamos aludidos – saldrá un vástago floreciente. Del tronco muerto – así lo pinta Sieger Köder- sale una ROSA. Aquí está “como una señal para los pueblos”. Y dice: “Yo te amo –como amor infinito. ¡No tengas miedo! Me he hecho ser humano –también para ti. No te abandonaré nunca.” Misterio de la rosa: Porque Dios nos ama así, también podemos nosotros ahora amar – a Él, nuestro Dios, y a los seres humanos.

En nuestro pesebre sale una rosa blanca de un tronco podrido: “Una rosa ha nacido…”