Homilía para el Quinto Domingo de Pascua (B)
6 Mayo 2012
Evangelio: Jn 15,1-8
Autor: P. Heribert Graab S.J.
Una de las más bellas imágenes del Evangelio:
¡la imagen de la vid y sus sarmientos!
El arte se ha hecho eco siempre y continuamente de ella y la ha modificado de muchas formas.
Jesús representa con esta imagen Su comprensión
de nosotros y nuestra comprensión de Él.

Pero con cuanta frecuencia aparece en imágenes y en parábolas de Jesús:
En una mirada más cercana descubrimos muchos aspectos de esta imagen.
Tantos que rebasarían el ámbito de una única homilía.
Además: ciertamente sobre esta maravillosa imagen se ha predicado y se ha escrito tan a menudo,
que uno podría opinar que está todo dicho;
que sólo es posible repetirse.

En la lectura repetida de la imagen de la vid,
me ha llamado la atención en estos días una referencia actual eclesial interna:
Quizás ustedes ya se han enterado que se va a hacer
una nueva traducción al alemán del Misal.
Naturalmente debe estar terminada cuando también aparezca en breve un nuevo “Gotteslob” (libro de oraciones y cantos en lengua alemana).
Pero la traducción es –al menos en un punto–
todavía cuestionada– también por nuestros Obispos.
Y esto, aunque hace mucho tiempo y de forma intensiva ya fue discutida por los teólogos.

No se trata de ninguna bagatela.
Se trata del centro de la celebración eucarística;
se trata de una significativa formulación en las palabras referidas a la institución del vino en la Cena:
“Éste es el cáliz de la nueva y eterna Alianza,
mi Sangre, que es derramada por vosotros y por todos…”
“Por vosotros y por todos” – esta expresión nos es familiar.
Pero en el futuro deberá decirse:
“¡Por vosotros y por muchos!”
En todo caso esto ha dispuesto Benedicto XVI en estos días- según el lema “¡Roma locuata, causa finita!”
En nuestra época sucede con frecuencia
que mediante un  “Roma locuata”
la discusión se pone a cien por hora.

¿De qué se trata con esto? Y ¿qué tiene que ver este, a primera vista, insignificante matiz en la formulación con nuestro Evangelio y con la imagen de la vid?

Jesucristo mismo es la vid en Su lenguaje plástico.
Por tanto, todos los sarmientos, que pertenecen a Cristo,  están en esta vid.
Pero Jesús también cuenta, al menos como posibilidad, con que “sarmientos” individuales
no quieran tener nada que ver con la “vid”:
“Quien no permanece en Mí
es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca.
Luego se recogen los sarmientos, se les arroja
al fuego y arden.”
Esto suena bastante duro;
y suena a selección.

Por consiguiente no pertenecen a la obra salvadora de Jesucristo “todos”, sino en todo caso “muchos”.
Sobre esto, ya en tiempos del Concilio Vaticano II,
insistieron muy enérgicamente sólo muy pocos teólogos y Obispos tradicionalistas.
Imputaban al Concilio y a la reforma litúrgica siguiente, laxitud y conformidad con el espíritu allanador de la época.
Esto parecían ratificarlo tanto mediante
la formulación bíblica como por la formulación transmitida litúrgicamente de las palabras de la institución.
En ella se habla de “muchos”, por los que Jesús derramó Su Sangre.

Sin embargo, la Comisión de Liturgia se decidió según el espíritu del Concilio y en estrecha colaboración con el Papa Pablo VI por la formulación:
“por vosotros y por todos”.
El 3 de abril de 1969, Pablo VI puso en vigor el nuevo Misal y aclaró expresamente:
“Nuestras disposiciones e instrucciones ahora y en el futuro son válidas y con fuerza de ley.”

Él dijo que con esto de ningún modo renegaba de las transmisiones bíblicas ni de las tradiciones de la liturgia eclesial.
Por el contrario:
Tanto la Sagrada Escritura,
como también la tradición teológica y litúrgica testimonian la fe de la Iglesia en la voluntad universal salvadora de Jesucristo.
Su Vida, Su Muerte y Su Resurrección significan salvación “para todos”.

También hoy Benedicto XVI subraya en este escrito, en el que exige la traducción literal “por muchos”,
la voluntad salvadora universal de Jesús y esto lo acompaña con algunas citas de la Escritura.
Yo cito textualmente:
“Dios ha entregado a su Hijo ‘por todos’, formula Pablo en la Carta a los Romanos 8,32.
‘Uno ha muerto por todos’, dice en la segunda Carta a los Corintios sobre la muerte de Jesús, 2 Cor 5,14.
Jesús se ha entregado ‘por todos como rescate’,
se dice en la Primera Carta de Timoteo, 1 Tim 2,6.”

Hay también motivos serios para traducir las palabras de la consagración del Vino
“por vosotros y por todos”.
En último término no eran los teólogos y
los especialistas en liturgia de entonces
- en tiempos de Pablo VI- unos estúpidos.
Por otra parte, hablamos también de motivos de peso a favor de la traducción “por vosotros y por muchos”, como la fidelidad a los textos bíblicos.
Para Benedicto se trata también en esta cuestión de la unidad de la Iglesia.
Por amor a esta unidad, hace concesiones a los archiconservadores.

Ciertamente Benedicto XVI también es consciente de la problemática pastoral de su decisión.
Él mismo escribe:
“Para los asistentes corrientes a Misa,
aparece esto (el que se substituya “por todos” mediante “por muchos”) casi de forma inevitable como ruptura justamente en el centro de lo sagrado.”

Sólo se arriesgará uno a una operación a corazón abierto en un caso de emergencia muy grave.
Si se da este caso de emergencia decide el médico jefe.
El médico jefe es, en este caso, el propio Papa.
El decide en último extremo-
aunque los médicos ayudantes, que con frecuencia están más cerca del paciente, sean de otra opinión y desaconsejen la operación.

Aunque la decisión concierne al “centro de lo sagrado”, no se trata de un dogma, sino
de dos opiniones diferentes y bien fundamentadas.
¡De una u otra forma la Misa es ‘válida’!
¡Esto lo admite el propio Papa!
Por ello, nosotros debiéramos preguntarnos finalmente ¿qué significa esto para nuestra fe?
* Los representantes de ambas opiniones están de acuerdo en lo esencial (quizás a excepción de algunos reaccionarios Hnos. Pius):
Jesucristo ha muerto por todos en la Cruz y
‘ha resucitado al tercer día’.

* Al mismo tiempo también es válido:
Dios respeta la libertad humana y no impone a nadie la pertenencia a la viña de Jesucristo.
Por tanto, quien no quiere estar ‘en Cristo’,
en consecuencia no podrá producir frutos,
que sólo son posibles por medio de Cristo y
de Su amor.
Finalmente él es el responsable de que su vida se “seque”.
No nos corresponde a nosotros un juicio sino sólo al ‘viñador’.

* En todo caso, en la consagración del vino se dice “¡por vosotros!”.
Esto de ninguna manera limita el círculo de los que pertenecen a Cristo a aquellos que celebran la Eucaristía.
Más bien en este “por vosotros” se halla un afecto personal.
En este “por vosotros” se halla una declaración de amistad amorosa, que corresponde a las palabras de Jesús:
“No hay amor más grande que el del que da su vida por sus amigos.” (Jn 15,13).

* Para terminar debiéramos recordar continuamente
la promesa del “por vosotros” en la Misa, unida inmediatamente a la palabra de Jesús que la precede:
“Amaos los unos a los otros como Yo os he amado.” (Jn 15,12),
También nuestro amor, como el amor de Jesucristo, debe ser universal.
Amando a los seres humanos, multiplicamos el amor de Jesucristo.
Así contribuimos, en la medida de nuestras fuerzas, al universalismo de la salvación de Dios ‘para muchos’ y, en principio, puede ser experimentable concretamente ‘para todos’.

Amén.