Contemplación con imagen para el Tercer Domingo de Cuaresma (A)
24 Febrero 2008

Evangelio: Jn 4,5-42
Autor: P. Heribert Graab S.J.
Varios pensamientos de esta contemplación con imagen se remontan al P. Theo Schmidkonz S.J.
y a Ursula Zeh, referente espiritual para personas con limitaciones auditivas.
La oración final procede del P. Theo Schmidkonz S.J.
Hemos escuchado el relato del encuentro de Jesús con la mujer en el pozo de Jacob.
En nuestra escena de pesebre está representado este relato.

Sin embargo, el pintor Sieger Köder descubre detrás de este relato un segundo plano:
Representa en su imagen del pozo
lo que ocurre en el interior de esta mujer.

 

El cuadro parece estar pintado desde “abajo”
del pozo.
Desde este ángulo, en primer lugar, sólo se ve a la mujer.
Ella mira de “arriba” abajo,
escépticamente, con muchas preguntas:
¿Qué quiere este extranjero aquí en nuestro pozo?
¿Cómo me puede pedir agua a mí, una samaritana?
Sin embargo ¿estos judíos no quieren tener nada que ver con nosotros?

En el transcurso de un diálogo distante
se le presentan a ella aún otras preguntas:
¿Qué habla del “agua viva” que le puede dar a ella?
“Agua viva” – por consiguiente, agua que brota permanentemente de un manantial subterráneo
o de una fuente –
“agua viva” nos ha ofrecido nuestro padre Jacob.
¿Es este extranjero más importante que Jacob?
¿Qué significa, que yo no tendría ya sed nunca,
si yo bebiese de su agua?
¿Qué quiere decir con la fuente que brota a surtidores
cuya agua regala vida eterna?
¿Quién es realmente este extranjero misterioso?
¿De dónde conoce toda mi historia?

Este extranjero ¿es quizás un profeta?
O es incluso el Mesías durante mucho tiempo ansiado,
el Ungido – Cristo?

El diálogo con el extranjero
conduce a esta mujer despacio y paso a paso
a la verdad de lo que se dice:
“La verdad os hará libres.”

La mujer se presenta la verdad
y se reconoce a sí misma.
Se siente cada vez más liberada
del lastre de su historia.

Ella percibe que fue impulsada
por una insaciable y profunda nostalgia de amor.
Más aún reconoce asombrada:
Ahora, ahora, es la hora del verdadero amor.

En este momento también el pintor cambia su perspectiva y contempla ahora la escena desde arriba,
desde la mirada de la fe:
Con la mujer mira en lo profundo
desciende con ella al pozo de su corazón,
con ella descubre allí debajo el fondo de su alma -
es decir, a ella misma.

Pero no sólo esto:
Muy abajo, en el fondo, ella ya no está sola,
Allí esta Jesús, cercano y vuelto hacia ella.
Él es, el que apaga su sed de amor, de verdadero amor.
E incluso se puede encontrar allí en lo profundo una parte del cielo.

Jesús dame “agua viva” en la profundidad de mi corazón.
Sí, Él me hace a mí mismo una fuente para los demás.
La mujer experimenta lo que nosotros en mi juventud cantábamos en el fuego de albergue:
“Pero tú eres fuente en el corazón
y el cantar más profundo.”

Jesús,
en la fuente de Jacob,
Tú ayudas a una mujer
a mirar en lo profundo.
Ella se atreve a mirar
en el fondo de su alma
y descubre admirada
con los ojos del corazón:
Tú, Jesús, estás a mi lado
Te vuelves hacia mí,
me das agua viva,
el amor
que nunca más cesará.
Jesús, con esta mujer grito:
¡Dame también a mí esta agua!

Amén.