En lugar de una homilía para el
Domingo Vigésimo Quinto
del ciclo litúrgico (C) 18 Septiembre 2022 Impulsos para la Lectura y el Evangelio |
Lectura:
1 Tim 2,1-8 Evangelio: Lc 16,1-13 Autor: P. Heribert Graab, S.J. |
Comenzamos nuestra meditación reflexiva con la última frase del Evangelio: “No podéis servir a Dios y al dinero”. No podéis servir a ambos, a Dios creador de toda vida, y al dinero, que elevado como “ídolo”, mata la vida. El dinero puede ser ciertamente provechoso y ayudador, cuando sirve a la vida. Pero encierra un peligro mortal cuando se convierte en fin absoluto y, de este modo termina siendo “ídolo”. Los cristianos tampoco están protegidos ante este servicio a los ídolos: Ya el Evangelio de San Juan dice de Judas, el discípulo de Jesús, que nunca había tenido corazón para los pobres, sino que había malversado como tesorero el dinero común (Jn 12,6) Y ante la comprensión de una economía capitalista dice el Papa Francisco: “¡Esta economía mata!” Preguntémonos a nosotros mismos: ¿Qué papel juega el dinero para mí? ¿Sirve a la vida? O ¿sirve para mi cuenta bancaria y para mi posesión? Silencio
Saltemos inmediatamente desde aquí a la Lectura de Pablo (1Tim 2,1-8): A primera vista parece que trata de algo muy diferente: Invitación para la oración, para el ruego y la gratitud. Aquí es decisivo: Debemos orar por todos los seres humanos, por los ricos y por los pobres, por los que pueden aportar algo de su situación de bienestar y por los que no tienen lo suficiente para poder cubrirse bajo un tejado, ni para una comida nutritiva al día ni para ropa caliente en el cuerpo. Y también debemos orar por los gobernantes y por todos los que tienen poder para crear un equilibrio justo. El Dios de la vida quiere, que todos los seres humanos tengan parte verdaderamente en la vida. “Y Él quiere que todos los seres humanos se salven” Silencio
Naturalmente se trata de un orar que no queda limitado a los labios, ni siquiera sólo de un orar “desde el corazón”; ¡se trata más bien de un orar de todo el ser humano con manos y pies! De esta forma ha orado Jesús: Su oración silenciosa en la soledad formaba una unidad indisoluble con Su anuncio y Su servicio a todos los seres humanos, sobre todo a los pobres, enfermos y a los marginados. ¡Cuando Jesús curaba, se trataba de una oración con manos y pies!, es decir, un servicio de amor a la vida y a los seres humanos concretos, así como al mismo tiempo una alabanza al Padre en el cielo. ¿Cómo oramos nosotros? ¿Conseguimos hacer como oración toda nuestra actividad y sobre todo nuestro servicio a los seres humanos? Aproximadamente según el lema “¡todo a mayor gloria de Dios!”, lo que en el fondo significa lo mismo que “¡todo al servicio de la vida!” Silencio
Ciertamente en nuestra época se ofrece la invitación a la oración “para todos” para entenderla de forma más extensa: Y, al mismo tiempo, como una oración “con todos”, con seres humanos de todos los pueblos, de todas las religiones y en general con todos los seres humanos de buena voluntad, aproximadamente en el sentido de la oración conjunta por la paz en Asís. Juan Pablo II dijo en Asís: “Ciertamente (en la oración conjunta) se halla el antídoto más importante contra la violencia y los conflictos.” Silencio
Pablo termina sus pensamientos para orar con la invitación a hacerlo “libres de cólera y pelea”. Silencio
Al comienzo de nuestra reflexión y meditación estuvo esta noche un impulso del Evangelio. Con una mirada al Evangelio también quisiera terminar este impulso: ¿De qué se trata verdaderamente en esta chocante parábola del “administrador listo”? En el segundo plano del Evangelio de Lucas, hay una especialmente crítica relación con el dinero y la riqueza, que es, en todo caso, la opinión del evangelista: El dinero es “injusto”, en todo caso ante el Reino de Dios es “inútil”. El latifundista tiene más que suficiente; el administrador “listo” escenifica una pequeña redistribución de arriba abajo”; el “rico” apenas lo advierte, al “pequeño deudor” le ayuda y naturalmente al propio administrador; haceos amigos con ayuda de este “miserable sapo”. Esto es también en el sentido de Jesús la clave de la parábola: “¡Haceos amigos con ayuda del dinero injusto!” ¿Qué puede y debe significar esto hoy para nosotros como cristianos?” Silencio
Todos nosotros necesitamos dinero- como también Jesús y Sus discípulos naturalmente necesitaban dinero. Pero la opinión de Jesús: ¡No penséis sólo en vosotros mismos cuando se trate de dinero! ¡Pensad sobre todo en aquellos, que lo necesitan más urgentemente que vosotros mismos! ¡En este segundo plano las “limosnas” no sólo en el cristianismo tienen un significado central! Desgraciadamente esta palabra tiene hoy con frecuencia un significado negativo. Con frecuencia se las considera una ‘ridícula pequeñez’ que a alguien le sobra para los pobres desde su bienestar económico. , Silencio
En todo caso, en el Evangelio se trata de una parte sustancial y no sólo en el ámbito personal y privado, sino – ciertamente en una sociedad del bienestar – ¡precisamente en la política! Un par de términos actuales: + política económica socialmente aceptable, + salario mínimo y pensión mínima, de las que las personas puedan vivir realmente, + viviendas pagables, etc, etc, etc, En cada caso, pensad en todo – ¡no sólo en orar! Amén. www.heribert-graab.de
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