Impulsos para reflexionar y meditar para el Cuarto Domingo del ciclo litúrgico C
30 Enero 2022

Lectura: Jr 1,4-5.17-19 y 1Cor 13,4-10.13
 Evangelio: Lc 4,21-22.24-30
Autor: P. Heribert Grab S.J.
Introducción:

Pregunta: ¿Cual es la diferencia entre un ser humano y un neumático?
Respuesta: Un neumático tiene que tener al menos
3 mm de perfil.
Un perfil desgastado pone al automóvil en riesgo de derrapar.

Alguno deplora hoy
que la Iglesia se encuentra en peligro de derrapar.
o incluso ya ha caído en la tumba.
Si esto fuese verdad,
¿¿¿no se debería posiblemente a la falta de perfil
de nosotros los cristianos???
Del perfil correcto se trata en esta Misa.

Después de la Primera Lectura:

De mostrar perfil se trata en la vocación de Jeremías.
No es cosa del profeta tener perfil o no:
Dios le llama y exige de él perfil.

No es cosa nuestra como cristianos tener perfil o no tenerlo:
Por medio del Bautismo y de la Confirmación
“pertenecemos para siempre a Cristo, que fue ungido como profeta en la eternidad”.
Y también para nosotros es válido – como para Jeremías y para Jesucristo – el envío “para nadar contra corriente”, en lugar de “aullar con los lobos”.
También hoy Dios nos hace en esta sociedad
en la que vivimos, y también en la Iglesia “ciudad fortificada, columna férrea y muralla de bronce contra todo el país, contra los Reyes, contra los funcionarios y (¡también!) contra los sacerdotes y contra los alcaldes del país.
Esto, hoy como entonces, no es un inofensivo juego de niños,
pero también nos es válida la “promesa del Señor”,
la “sentencia de Dios”:
“Yo estoy contigo para salvarte”.

Silencio

Después de la Segunda Lectura:

De un perfil exigente “de más de 3 mm”
se trata también en el “Canto del Amor” de Pablo.
Este texto nos es sumamente familiar.
La enorme exigencia de este texto y su claro perfil
desgraciadamente se interpretan como algo muy almibarado.

Porque el amor que aquí se exige es algo totalmente diferente a una ebullición muy dulce de sensaciones..
Se trata de la substancia de nuestras motivaciones en la vida:
No depende del rendimiento, aun mucho menos de un espectáculo, sino exclusivamente
de que nosotros en todo lo que hagamos miremos a los otros en lugar de a nosotros mismos y a la, por así decirlo, comunidad y al bienestar de la totalidad.

Silencio

Pablo cambia el gran brillo de la palabra “amor”
en las duras monedas de las relaciones diarias de unos con otros.
Casi a modo de letanía enumera
lo que significa el amor concretamente y,
por así decirlo, evidentemente.
Para hablar otra vez en imagen de las ranuras del neumático:
Pablo no trata de la belleza del neumático,
él trabaja más bien en poner de relieve de forma pormenorizada su perfil.
Y al final se halla, como en Jeremías, la promesa de Dios:
A pesar de todas nuestras chapuzas –
“¡El amor no se acaba nunca!”

Silencio

Después del Evangelio

Lucas nos pone ante los ojos de una forma extremadamente comprimida el perfil de Jesús.
Recordemos la cita de Isaías del domingo pasado:
“El Señor me ha enviado,
para que traiga una buena noticia a los pobres;
para que a los presos les anuncie la liberación
y a los ciegos les dé la vista;
para que a los destrozados los ponga en libertad
y anuncie el año de gracia del Señor.”

Silencio

Con este mensaje revolucionario
Jesús entonces encontró resistencia, como también hoy.
Pero en lugar de suavizar los bordes del perfil,
apuesta con ejemplos concretos:

En tiempos de la viuda de Sarepta
reinaba en Israel la hambruna;
pero precisamente a esta extranjera ayudó Elías.
En tiempos del profeta Eliseo
también hubo en Israel muchos leprosos;
pero precisamente fue curado por él
Naaman el sirio.

Con este perfil de Su mirada al ser humano,
concretamente Su estimación del extranjero
puso contra las barricadas a los conservadores
de Su ciudad natal Nazareth.
Y este perfil de la imagen del cristiano
pone furiosos también hoy aún a “ciudadanos buenos”.

Conclusión:

Lucas muestra la cruda realidad, a la que esto conduce:
En la crucifixión en el Gólgota
Jesús fue empujado fuera de la ciudad,
Pero al final está también en Lucas la promesa de Dios:
La muerte no podrá vencer a este Jesús.
En la marcha soberana a través de la multitud.
que Le quiere matar,
se muestra ya el Cristo resucitado.

Amén.
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