Homilía festiva
para el sábado 10 agosto 2019
Lectura del domingo XIX: Heb 11,8-10,13-16
Evangelio: Mt 13,44-46
Autor: P. Heribert Graab S.J.
„Escape life“ – fue el tema de „Ora et Labora“ este año:
“Escaparse de la vida” o también “evadirse de Él”.
A mí se me ocurrió espontáneamente echar una mira a la Lectura
del domingo:
También se podría decir “escapar a la vida”,
lo que entonces se traduciría como:
“Huir a la Vida” –a la vida verdadera,
a la nueva vida, a la vida prometida por Dios,
a la nueva realidad de Dios, al Reino de Dios.

Verso de la canción que cantamos juntos:
                  Traducción:
                 Otras canciones queremos cantar, celebrar la fiesta de la liberación.
                 El Señor nos conduce a la nueva tierra, los sueños se hacen realidad.

Contemplemos en primer lugar a Abraham:
“Él obedeció la llamada de Dios
para salir hacia un país, que debía recibir como herencia;
salió sin saber adónde iría.”
 Él sabía lo que abandonaba:
su patria, los derechos de un ciudadano,
que le daban seguridad y la confianza familiar de estirpe y pueblo.
Ciertamente también abandonó lo que a él desde hacía años le enfadaba:
Toda la injusticia, la falsedad y la maldad de su antiguo mundo.
Pero él partió “sin saber adónde iría”.
Considerado humanamente corrió un grave riesgo.

Otras canciones…

“Por su fe Abraham vivió como extranjero en la tierra prometida
y habitó en tiendas;
pero esperaba una ciudad con fundamentos sólidos,
que el propio Dios había planificado y construido.”

Si yo mismo estoy aquí, con personas como vosotros,
si yo este lógico compromiso,
esta unidad de “ora y Labora”,
y si yo sobre todo experimento esta vida en común,
para mí esto es como una parábola de la nueva realidad de Dios.
Pero ¿estos días son verdaderamente un modelo para la vida diaria?
Sucede aquí la propia vida?
O ¿soy aquí por último un “extranjero” – aunque de vacaciones?

Otras canciones…

Reflexiones sobre
¿dónde verdaderamente estamos “en casa”,
es decir donde nos alojamos pasajeramente como último “extranjero”:
¿en el viejo y familiar mundo de nuestra vida diaria?
O ¿en este, por el momento, tan agradable mundo del castillo?

Otras canciones…

De Jesús se dice expresamente
que fue un forastero en este mundo:
* “Vino a los suyos y los suyos no le recibieron”,
(Jn 1,11).
“Las zorras tienen sus madrigueras”, dijo Él una vez,
“pero el Hijo del Hombre no tiene un lugar,
donde pueda reclinar Su cabeza.” (Mt 8,20)
Completamente en este sentido, Él envía, a los que Le quieran seguir,
“como ovejas en medio de lobos”. (Mt 10,16)

¿Soy verdaderamente “forastero” en este mundo viejo,
que se refleja diariamente en nuestros medios?
¿Siento yo mi vida en este mundo
como una vida de “ovejas entre lobos”?
O ¿me he puesto de acuerdo con este mundo y con sus normas?
Y ¿estoy ocupado con sacar de este mundo lo mejor para mí
y para los míos?
Otras canciones…

Después se continúa diciendo:
“Todos estos han muerto llenos de fe,
pero sin haber alcanzado lo prometido;
sólo de lejos han mirado y saludado
y han conocido, que son extranjeros e invitados en la tierra.”

Hemos cantado al principio:
“Yo quisiera huir del estrecho mundo
con mis siete cosas,
seis sueños y un caballo de balancín
y tiempo para hacer cosas.”

Desde hace dos mil años
los cristianos “soñamos” con una nueva Creación.
Pero “llenos de fe han muerto todos
sin haber alcanzado la tierra prometida”.

Otras canciones…

Como se puede vivir de la fe con el conocimiento:
de que el Reino de Dios crece despacio como la semilla de un árbol,
que está largo tiempo en la tierra;
no se puede contemplar como crece;
y transcurren varias generaciones,
antes de que verdaderamente se convierta en un árbol.

Para terminar un par de propuestas:
*Jesús nos advierte con frecuencia
de que el futuro de Dios ya ha despuntado.
Depende de percibir la realidad
“con buenos ojos”.
Los señores del antiguo mundo nos inundan con sus informaciones.
Sobre el acontecer en el “viejo mundo”
tropezamos totalmente.
La “nueva realidad” de Dios
halla poco eco en los medios de comunicación.
Tenemos que observar de forma consciente y bien calculada
con ojos abiertos y con todos los sentidos.

* Debiéramos continuamente y tan a menudo como posible
por medio de experiencias, que corresponden al evangelio de Jesucristo,
dejar que nos animen y nos fortalezcan en nuestra esperanza.
Podemos acelerar el crecimiento del “Reino de Dios”
no de forma accionista o violenta.
Pero se trata de cuidar bien este crecimiento,
acompañar en paciencia activa
y abrir los ojos al mayor número posible de personas.
Pienso en este servicio para crecimiento del Reino de Dios
que realizamos desde hace 25 años con “Ora & Labora”.
Quizás hemos hecho ya aquí en Neuerburg la experiencia:
De esto es de lo que se trata y de lo que nosotros mismos ganamos,
es algo así como un “tesoro en el campo” o una “perla valiosa”.

Otras canciones…