Impulsos meditativos en lugar de una Homilía para el Domingo Vigésimo Cuarto del ciclo litúrgico C
11 Septiembre 2016,
aniversario del ataque contra las Torres Gemelas.
Lectura: Ap 9,1-4.7-9
Evangelio: Lc 15,1-3.11-32
Autor: P. Heribert Graab, S.J.
En la Iglesia de Sankt Peter están expuestos por algún tiempo y también durante esta Misa innumerables troncos de árboles carbonizados y (por un tiempo) aún humeantes en una exposición artística de Achim Freyer bajo el título…”y sube un humo”.
Los impulsos tienen como referencia esta exposición.

                                                 
1. ¿Qué tipo de asociaciones se vinculan en ustedes     con las impresiones de esta exposición?
En la primera contemplación de estos vestigios de incendio, a mí mismo se me pusieron ante la vista  imágenes espontáneas de ruinas reales de incendios
y, muy concretamente, aquellas ruinas incendiarias,
que, desde el atentado incendiario de Solingen en junio de 1993 hasta el día actual son testimonios estremecedores del odio contra los extranjeros y
los refugiados.
Y, cuando después, durante más tiempo, me quedé en Sankt Peter, emergieron también en lo más profundo del recuerdo imágenes de mi niñez:
La tormenta incendiaria de una noche de agosto del año 1943, en plena guerra, y las ruinas humeantes durante días y días,
cuando mi ciudad y también mi casa paterna se convirtieron en víctimas de una ataque aniquilador con bombas incendiarias.

2. Ahora hoy, en este día,
cuando ha pasado a la historia el ataque contra las Torres Gemelas,
vienen de nuevo a mi recuerdo las violentas nubes de humo del ataque terrorista al “World Trade Center”
y me doy cuenta de que el ataque contra las Torres Gemelas fue el comienzo de toda una cadena de guerras, que hasta hoy matan en el mundo día tras día a personas y dejan las ciudades convertidas en ruinas humeantes.   

¡Hoy es el ‘ataque a las Torres Gemelas’!
Y hoy se puede aplicar a innumerables lugares de este mundo el título de la exposición
“…y sube un humo”.

3. Donde hace quince años aún estaba el ‘World Trade Center’, hoy nos recuerdan dos insondables y negros cráteres los sucesos del ataque a las Torres Gemelas.
¿No habla de estos dos cráteres la terrible visión apocalíptica de la Lectura?
“Subió humo del pozo
como de un gran horno,
y el sol y el aire se obscurecieron
por el humo del pozo.
Por el humo llegó  la tierra una plaga de saltamontes…
Y los saltamontes parecían como corceles,
que están preparados para el combate…”

Por tanto, inesperadamente de ¡la visión de un volcán que vomita humo, pasa a la visión de guerras aniquiladoras!

Silencio

4. ¿Dejan en algún momento las imágenes y visiones, negras como el azabache del Apocalipsis,
del recuerdo del ataque a las Torres Gemelas
o también de los leños quemados en Sankt Peter
un hálito de esperanza en la luz?

 

Achim Fryer, el artista de nuestra exposición,
ha reunido dos troncos de madera quemada en el centro de la Iglesia, configurando a un crucificado.
¿Habrá para él una Pascua?
Una alusión así ¿puede ofrecer esperanza?
¿Esperanza en el centro de todo sufrimiento y de toda muerte?
¿Esperanza también para las víctimas de las Torres Gemelas?

Silencio

5. Con este fondo sombrío ¿puede ser verdaderamente el Evangelio de este domingo del Padre Misericordioso una invitación a perdonar?
¿Perdonar a los terroristas criminales del once de Septiembre y todos los ataques terroristas de un fanatismo islámico, que siguieron a este suceso?
Pero también perdonar a los ‘hermanos mayores’,
que se creen ‘con derecho’ y que dirigen guerras de exterminio en servicio de la justicia?

Silencio

Ciertamente el Evangelio nos hace una invitación
a vivir ya hoy el futuro de Dios.
Sin embargo, este Evangelio nos despide
en el aniversario del ataque a las Torres Gemelas
con grandes signos de interrogación,
ya que para hoy no tenemos ninguna respuesta auténtica.

Amén.                                                                                                                                                    www.heribert-graab.de
www.vacarparacon-siderar.es