Homilía para el Domingo Vigésimo Sexto
del ciclo litúrgico B

26 Septiembre 2021
Lectura: Nm 11,25-29
Evangelio: Mc 9,38-48 (selección)
Autor: P. Heribert Graab, S.J.

Según propuestas y en parte con citas de las introducciones del Misal Schott, así como sobre todo del mensaje del Papa Francisco en el Día Mundial 107 del inmigrante y del refugiado 2021.
*Según la Lectura (Números)
Porque el Espíritu de Dios estaba en él, pudo Moisés cumplir su misión; él sacó a Israel de Egipto y fue el intermediario entre Dios y el pueblo.
Pero el Espíritu de Dios sopla donde quiere; él se comunica también con otros – no sólo con aquellos que creen que por su cargo o por causa de sus méritos “han arrendado para sí” el Espíritu de Dios y Sus dones.

Después un tiempo de silencio:


* Según el Evangelio:
En la Nueva Alianza, Cristo reparte los dones del Espíritu entre todos aquellos que están preparados para recibirlos.
Él no pone límites donde y cuando se trata de los seres humanos:
“Quien no está contra nosotros, está con nosotros.”
Debemos aprender de esta generosidad de Jesús;
debemos valorar cuando alguien hace el bien, aunque suceda fuera de la Iglesia.
Después de un tiempo de silencio: Envía tu Espíritu….

*Trabando ahora algunos impulsos del mensaje del Papa Francisco en el Día Mundial del inmigrante y del refugiado:
¡El Espíritu de Dios supera las fronteras puestas por los seres humanos!
En consecuencia, finalmente es el Espíritu de Dios,
el que nos invita “al camino hacia un Nosotros cada vez más grande.”.

Después de un tiempo de silencio: Envía tu Espíritu….

*Desde el principio somos creados como personas en nuestra esencia hacia un “nosotros”, que no conoce ninguna exclusión:
Pues somos creados a imagen y semejanza del Dios Uno y Trino: ¡Comunidad en variedad!
Este “nosotros” querido por Dios hoy está roto y astillado por individualismos, grupos de Egoísmos, Nacionalismos y otros “ismos”.
Por tanto, viajemos “por el camino hacia un nosotros cada vez más grande.”

Después de un tiempo de silencio: Envía tu Espíritu….

*En las crisis de nuestra época se nos hace consciente de forma creciente “que todos nosotros estamos sentados en el mismo barco.”
Para dominar todas estas crisis, ya no se pueden levantar murallas que separen; ya no nos podemos dividir en “nosotros” y los “otros”; no nos podemos separar de los otros,
sino que tenemos sólo un “nosotros”, que abarca
a toda.la humanidad.

Después de un tiempo de silencio: Envía tu Espíritu….

*El futuro de nuestra sociedad es un futuro “multicolor” rico en variedad y en relaciones interculturales.
Por este motivo hoy tenemos que aprender a convivir en paz y armonía.
El Papa Francisco ve una comunidad así bosquejada en lo que sucedió en Pentecostés con el descenso  del Espíritu Santo:
“Partos, medos, elamitas y los que viven en Mesopotamia, Judea y Capadocia, el Ponto y Asia, Frigia y Panfilia, Egipto y la parte de Libia que limita con Cirene, los forasteros romanoa, judíod y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las grandezas de Dios.” (Hch 2,9-11)

Después de un tiempo de silencio: Envía tu Espíritu….

*El profeta Joel predijo el futuro mesiánico como un tiempo de sueños y visiones inspiradas por el Espíritu Santo:
“Yo derramaré mi espíritu sobre toda la carne.
Vuestros hijos e hijas serán profetas,
vuestros ancianos tendrán sueños
y vuestros jóvenes tendrán visiones.” (3,1)
Nosotros debemos soñar juntos. No podemos tener ningún miedo a soñar, soñar juntos como una única humanidad, como compañeros del mismo camino, como hijos e hijas de esta tierra única, que es nuestra casa común y donde todos nosotros somos hermanos y hermanas.

Después de un tiempo de silencio: Envía tu Espíritu….

www.heribert-graab.de
www.vacarparacon-siderar.es