Homilía para el Domingo Vigésimo Octavo
del ciclo litúrgico (B)

14 Octubre 2012
Evangelio: Mc 10,2-16
Autor: P. Heribert Graab S.J.
Ustedes pueden continuar dedicándose al tema “¡Democracia ahora!“ desde el punto de vista de la doctrina social católica mediante Dossier der Kath.Sozialakademie Österreich.
Conocemos el consejo de Jesús:
“¡Ve, vende lo que tienes y dale el dinero a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo;
después ven y sígueme!”

Nosotros casi clasificamos automáticamente
este consejo de Jesús bajo la rúbrica de ‘perfección cristiana’ o también bajo ‘estado de perfección’.
Luego reaccionamos automáticamente:
esto se refiere a los religiosos y a todos los que quieren vivir así;
por tanto, nosotros, cristianos ‘normales’ podemos  desoírlo tranquilamente.

Esta interpretación estricta del texto me parece pasar por alto la intención de Jesús a muchas leguas.
Pocas líneas después dice Jesús en diálogo con
Sus discípulos:
“Antes entra un camello por el ojo de una aguja que un rico alcance el Reino de los cielos.”
En todo caso esta frase provocadora parece ser válida de forma muy general y extensa y,
por tanto, también se refiere a nosotros.

Continuamente se trata en el Evangelio de pobreza y riqueza.
El propio Jesús se dirige sobre todo a los pobres amorosamente.
Su actitud fundamental se refleja muy expresamente en Su relato del hombre rico y del pobre Lázaro.
 (Lc 16,19-31)
Según el Evangelio de Lucas, Jesús coloca la exigencia de forma muy general en dar la mitad
de lo poseído a los pobres. (Lc 3,11y 19, 1-10).
Al menos como pretensión esta exigencia fue válida
para algunas comunidades postpascuales de la Iglesia primitiva.

Más tarde se pasó de la mitad al ‘diezmo’.
En esta época recordamos, por ejemplo, el antiguo diezmo de las cosechas.
Muchas Iglesias también hoy esperan de sus miembros el diezmo como entrega voluntaria.
En nuestro impuesto eclesial se trata sólo del 8 o 9% del impuesto sobre la renta.
Además pediremos continuamente ‘generosos donativos’, por ejemplo para Misereor,
para Adviento o para Caritas.

Pregunta – no sólo para hoy:
¿Cómo me relaciono yo mismo con la pretensión de Jesús?
¿También me desvío continuamente porque yo –como la mayoría de nosotros- me cuento entre los adinerados?

Silencio

En un segundo punto, yo quisiera hacer una referencia a un problema, que ocupa actualmente
a muchas y muchos representantes de la doctrina social católica.
Ellos dicen:
La permanente y continua separación, que clama entre riqueza y pobreza en nuestra sociedad compromete nuestra democracia, por consiguiente
la participación de todos en las decisiones sociales.

Como mínimo se trata de dos puntos de vista expresados de forma breve y abreviada:
Todos los votos en una elección son iguales.
Pero la participación democrática significa esencialmente más que la emisión de voto cada cuatro años.
Cada uno en la emisión de voto, que sobrepasa el influjo político, es dependiente de la situación social y con ello finalmente también del dinero.

En segundo lugar, se añade que aproximadamente desde los años 1980, la ideología que domina nuestra sociedad es el neoliberalismo.
En el  ‘antiguo’ liberalismo político se trataba
de la libertad de todos, así sucede en el neoliberalismo, que está marcado por las élites económicas, por la libertad de las “entidades prestatarias”
por la libertad de mercado, es decir, por la libertad de la actividad económica capitalista.
El neoliberalismo respeta la igualdad de modo puramente formal, es decir, mientras la democracia
no le formule pretensiones sobre la participación política para suprimir la desigualdad social.
Aquí también los segundos planos políticos y
las conexiones se hacen cada vez más complicadas y naturalmente bastante fáciles de explicar porque las decisiones importantes políticas verdaderamente no tienen que ser alcanzadas por el pueblo sino por los llamados ‘expertos’.
Pero estos ‘expertos’ se hallan en los Lobbys.
En lugar de la democracia se trata de una nueva forma de oligarquía.

Preguntas – no sólo para hoy:
1.    ¿Veo yo la posibilidad activa de configuración de la vida pública como un derecho fundamental y como una tarea obligatoria para un cristiano?
2.    ¿Veo en la doctrina social católica un aspecto importante de mi fe y es para mí el enfrentamiento con esto de importancia semejante al enfrentamiento con la doctrina de fe de la Iglesia?

Silencio

Finalmente yo quisiera aún ahondar en un aspecto del tema en sentido estrictamente ‘religioso’:
El hombre del Evangelio parece tomar su fe en serio – también en la vida diaria.
Por eso Jesús le mira con cariño y le dice de forma benévola: Aún te falta una cosa…

En otros contextos Él habla muy claro o incluso de forma sumamente masiva y provocadora.
Una palabra provocadora de Jesús la hemos escuchado hoy:
“Antes entra un camello por el ojo de una aguja que un rico alcance el Reino de Dios.”
Con estas palabras Él no se dirige al hombre sino
a Sus discípulos, a los que quiere transmitir una posición clara en la que no hay nada que interpretar.

Ciertamente con mucha claridad había hablado Jesús también en Su Sermón de la Montaña:
“No reunáis tesoros aquí en la tierra, donde la polilla y los gusanos los destruyen y donde los ladrones los roban, sino reunid tesoros en el cielo donde ni la polilla ni los gusanos los destruyen y ningún ladrón los roba…
Nadie puede servir a dos señores …
Vosotros no podéis servir a ambos, a Dios y a Mammon.” (Mt 6,19-24)

Pregunta – no sólo para hoy:

Nosotros vivimos en una aún rica sociedad del bienestar.
Nosotros –ojalá– estamos agradecidos por ello.
Pero ¿vemos también el enorme desnivel entre pobre y rico- no sólo mundialmente sino muy cerca, también aquí entre nosotros?
Y ¿somos suficientemente sinceros para reconocer en el bienestar también los elementos del “culto a los ídolos” en nuestro entorno?

Tiempo de silencio para terminar