Homilía para el Domingo Cuarto
del
Tiempo Ordienario, Ciclo (A)
29 Enero 2023
Lectura: 1 Cor 1,26-31
Evangelio: Mt 5,1-12a
Autor: P. Heribert Graab, S.J.
Recuerden ustedes la Lectura de la Escritura del pasado domingo:
Pablo sugiere que reflexionen sobre lo esencial de su fe, es decir, sobre la Cruz de Jesucristo.
En la Cruz de Jesucristo se separan los espíritus:
La Cruz de Jesucristo es “para los judíos un escándalo indignante y para los paganos una necedad;
pero para los elegidos, judíos o griegos,
fuerza y sabiduría de Dios.
Porque la tontuna de Dios es más sabia que los seres humanos,
y lo débil en Dios es más fuerte que los seres humanos.”

Aquí ahora se une la Lectura de hoy:
“Ved vuestra llamada….”
¡aquí no hay mucha gente importante!
¡Y esto no le causa ningún pesar a Pablo!
Más bien pone patas arriba toda la ordenación habitual y correcta de los valores del mundo,
cuando dice:
“* Dios ha elegido la tontuna del mundo para desbaratar a los sabios,
*y Dios ha elegido la debilidad del mundo
para desbaratar lo fuerte.
*y Dios ha elegido lo bajo del mundo y lo menospreciado, lo que no vale nada,
para aniquilar lo que es algo
y así ningún ser humano se puede ensalzar ante Dios.”

Esta inversión de los valores en su claro contrario
a lo que en el mundo tiene valor fue entonces para los ciudadanos normales, en sentido literal, locura
y lo es hoy no en menor medida.

Y en los oídos de los seres humanos pensantes suenan de forma ‘realista y razonable’ las ‘ocho bienaventuranzas’ del Sermón de la Montaña de Jesús como obra de un ‘loco’.
La cumbre de las locuras del cristianismo es naturalmente la Cruz, entonces como hoy.
La Cruz cierra a muchas personas el acceso a la fe.

La idea fundamental de Pablo, sin embargo, es válida hoy como entonces:
Sólo a los ‘elegidos’ se abre el ‘misterio de la Cruz’
como ‘fuerza y sabiduría de Dios’.
Sólo comprendemos por el don de la fe
el sentido de la Cruz como clave de la plenitud
de la vida.
Desde la fe podemos ver la Cruz a la luz de la mañana pascual y comprendemos que la Cruz y
la Resurrección forman una unidad:
el escándalo y la locura de la Cruz se convierte
en la experiencia pascual de Jesús y Sus discípulos
en ‘fuerza y sabiduría de Dios’.

En la Muerte y la Resurrección, Jesús se sitúa, más allá de todos los tiempos, con una fuerza transformadora; la fuerza de la muerte para despertar a la Vida.
Pero esto también significa:
+ Pobreza para convertir la riqueza en vivificadora;
+ Tristeza para transformarla en alegría;
+ Fuerza para transformarla en afecto, ternura y amor vital.

Esto significa además:
+ regalar a aquellos que tienen hambre y sed nuevas posibilidades de vida;
+ abrirse a la contagiosa misericordia de Dios
 los que en su vida han sido duros y desconsiderados;
+ y quitar de nosotros toda culpa paralizante.

Finalmente esto significa:
+ Transformar la sociedad humana en todo lo que desde el principio fue el mensaje y la meta de la vida de Jesús;
Transformar esta Creación y la humanidad
en el ‘Reino de Dios’ prometido y que ya llega;
+ por tanto, en una realidad que está marcada por la justicia y la paz;
+ en una realidad, en la que la alegría y el júbilo
por la nueva Creación de Dios vencen todo mal humor, todo pesimismo, pero también toda difamación y toda persecución.

Tomemos ahora el ejemplo de la no violencia,
ya que en Ucrania –delante de la puerta de nuestra casa– domina la guerra:
“Benditos los que no utilizan ninguna violencia porque ellos heredarán la tierra”
También la no violencia parece propia de estar “loco”.
Y, sin embargo: la no violencia vivida y practicada
convierte este mundo en un mundo,
en el que los seres humanos pueden vivir de forma humanizada.

Y ¿de qué se trata aquí en el Sermón de la Montaña verdaderamente de “no violencia” y no de “dulzura”,
como la actual traducción quiere sugerir-
esto resulta del Sermón de la Montaña del propio Jesús:
Jesús rechaza en Mt 5,38-42
una autodefensa violenta y exige en lugar de ésta
una defensa alternativa por otros medios (por ejemplo, Mt 5,40:
“al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica, dale también el manto”)
En la misma dirección apunta el nuevo mandamiento de Jesús de amor a los enemigos.
“Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen.” (Mt 5,44)

Se trata, por tanto, de una transformación de los enemigos por medio de la bendición, la oración,
el amor…
Estas son alternativas concretas contra la violencia,
y de esto se han hecho entretanto incluso investigaciones científicas,
según las cuales ¡tales alternativas contra la violencia son totalmente eficaces!

Esto es válido para cada una de las “ocho bienaventuranzas”:
En la primera escucha suenan como una total “locura”, pero no es así en absoluto:
Es totalmente posible y necesario con urgencia,
vivir aquí y ahora de cada una de estas promesas
y de forma muy concreta y en nuestra vida cotidiana.

Quizás ustedes elijan para esta semana una de las bienaventuranzas
e intenten en el curso de la semana darle pies y manos a esta promesa en su propia vida.

Amén.
www.heribert-graab.de
www.vacarparacon-siderar.es