So bunt wie das Leben
...und das, obwohl oder gerade weil so viele graue Steine
auf dem Weg des Lebens liegen;
obwohl oder gerade weil es fast zur Mode geworden ist,
über die Dunkelheiten des Lebens zu klagen.
Gewiß gilt es, die Not und das Leid - zumal der anderen -
zu sehen und mitzutragen.
Zugleich jedoch machen wir uns selbst
und den Menschen um uns das Leben unnötig schwer,
wenn wir unseren Blick auf die dunklen Töne fixieren.
Wilhelm
Willms - Priester und Poet unserer Tage -
rät uns dagegen,
"mit guten Augen zu sehen".
Mit guten Augen, mit hellen Augen, mit bunten Augen sehen -
das eigene Leben, den Alltag, die Menschen um uns.
Wer mit solchen Augen die Welt betrachtet, wird sich wundern,
wieviel bunte Schönheit er normalerweise glattweg übersieht.
Er wird nicht nur die prächtige Rose sehen,
die sich in den Vordergrund spielt.
Er wird auch die kleinen Blüten entdecken,
die nicht weniger schön und bewundernswert sind.
Er wird entdecken, wieviele "Sorten" von Menschen es gibt,
und wie schön und liebenswert sie in all ihrer Vielfalt sind.
Er wird darauf kommen, daß ein jeder Mensch
- und gerade auch die "kleinen" und unauffälligen -
liebenswerte Seiten und Eigenschaften hat.
Er wird sich an jedem flüchtigen Lächeln,
das über das Gesicht eines Menschen huscht,
erfreuen.
"Mit guten Augen sehen" - versuchen Sie's mal!
Sie müssen's wahrscheinlich ganz bewußt einüben -
über Wochen und Monate.
Das wären "Exerzitien", die sich lohnen.
Tan multicolor como la vida
...y esto,
aunque o precisamente porque tantas piedras grises
se hallan
en el camino;
aunque o
precisamente porque casi se ha puesto de moda
quejarse
de las obscuridades de la vida.
Ciertamente
es válido ver y con-llevar
la
necesidad y el sufrimiento –sobre todo de los demás–.
Sin
embargo, al mismo tiempo nos hacemos a nosotros mismos
y a los
que nos rodean la vida innecesariamente difícil,
cuando
fijamos nuestra miradas en los tonos obscuros.
Wilhelm
Willms –sacerdote y poeta de nuestros días–
nos
aconseja por el contrario
“mirar
con buenos ojos”.
Mirar con
buenos ojos, con ojos claros, con ojos policromos –
la propia
vida, el vivir diario, a las personas de nuestro alrededor.
Quien
contempla el mundo con tales ojos, se asombrará,
de cuánta
belleza multicolor abarca sin dificultad con la vista de forma normal.
Verá no
sólo la rosa magnífica
que se
representa en primer plano.
Descubrirá
también las pequeñas flores,
que no
son menos hermosas y admirables.
Descubrirá
cuántas “clases” de personas hay
y qué
hermosas y encantadoras son en toda su diversidad.
Caerá en
la cuenta de que todo ser humano
– y ciertamente
también los “insignificantes” y poco
llamativos –
tienen partes y cualidades
encantadoras.
Se alegrará de toda
sonrisa fugaz,
que se deslice por el
rostro de una persona.
“Mirar con buenos ojos”
-¡inténtenlo!
Probablemente
tendrán que ejercitarse en ello muy
conscientemente
durante semanas y meses.
Serían unos “Ejercicios”,
que merecerían la pena.
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