Die Seele baumeln lassen

 



Nehmen Sie im Geiste einfach Platz in einem der Kähne.

Lassen Sie alles hinter sich zurück.
(Nicht von dem, was Sie augenblicklich beschäftigt,
und was so enorm wichtig zu sein scheint,
wird verloren gehen.
Sie werden es nachher wieder vorfinden.)
Achten Sie auf Ihren Atem -
daß der ganz ruhig geht: Aus... und Ein...
Lassen Sie alle Anspannungen Ihres Körpers einfach „abfließen":
Beginnen sie mit ihrem Kopf:
Richten Sie Ihre Aufmerksamkeit nach einander 
auf die Entspannung von Stirn, Schläfen, Backen, Lippen...
Und lassen Sie dann Schritt für Schritt
auch die Verspannungen von Nacken und Brust...
von Armen und Händen...
von Rücken und Beinen...
nach unten wegfließen.

Und dann „hören" Sie einfach das leise Plätschern
der Wellen an den Bootswänden...
„genießen" Sie das sanfte Schaukeln
des Kahns auf dem leicht bewegten Wasser... 

Lassen Sie - wenn Sie möchten - Bilder in sich aufsteigen
von Situationen, in denen Sie sich so sanft „getragen" fühlten...
Die Erde „trägt" uns - gar nicht so selbstverständlich...
Sogar das Wasser „trägt" uns...
Und immer wieder sind da Menschen, die uns „tragen"...
Und jene „tragende" Wirklichkeit, die wir „Gott" nennen?

Lassen Sie im Geiste ihre Augen über das Wasser schweifen
bis zum Horizont...
Nehmen Sie die Weite des Sees in sich auf...
Wo finden Ihre Augen wieder einen Halt?
Erkennen Sie das gegenüber liegende Ufer?
Was fesselt dort Ihren Blick?
Wo möchten Sie Ihren Blick ruhen lassen?

Welche Bedeutung haben „Weite" und „Horizont",
haben das „Ufer" und die Fixpunkte der Augen
in Ihrem augenblicklichen Leben?

Schließen Sie - wenn Sie möchten - dies Phantasieexperiment ab
mit einem persönlichen Gebet.
Und kommen sie dann zurück
„auf den Boden der Tatsachen"
Ihres Alltags.


Dejar que el alma se balancee
 

Tomen asiento con la imaginación en una barca.
Dejen todo tras de sí.
(Aquello con lo que estén ustedes momentáneamente
ocupados y que parece ser de enorme importancia
no se va a perder.
Lo encontrarán de nuevo después.)
Pongan atención en su respiración-
que vaya muy tranquila: expirar.. e inspirar...
Dejen que “salgan” todas las tensiones de su cuerpo:
Comiencen por su cabeza;
dirijan su atención una tras otra
a las tensiones de la frente, de los sueños,
de las mejillas, de los labios...
Después dejen ustedes paso a paso
derramarse hacia abajo también
las contracciones de la nuca y del pecho...
de los brazos y de las manos...
de la espalda y de las piernas...

Y después “escuchen” el quedo murmullo
de las olas sobre las paredes de la barca...
“gocen” del suave balanceo de la barca
sobre el agua en ligero movimiento...

Dejen – si así lo desean – que emerjan en ustedes imágenes
de situaciones, en las que se han sentido suavemente “llevados”...
La tierra no nos “lleva” de forma tan natural...
Incluso el agua nos “lleva”...
Y continuamente hay personas que nos “llevan”...
¿Y aquella realidad fundamental que llamamos “Dios”?

Dejen con la imaginación vagar su mirada
hasta el horizonte...
Absorban en sí mismos la anchura del mar...
¿Dónde encuentran de nuevo apoyo sus ojos?
¿Reconocen ustedes la orilla situada enfrente?
¿Qué hay allí que cautive su mirada?
¿Dónde desearían que descansase su mirada?

¿Qué significado tiene “anchura” y “horizonte”,
 la “orilla” y los puntos de fijación de los ojos
en su vida actual?

Concluyan – si lo desean – este experimento de fantasía
con una oración personal.
Y después regresen
“al suelo de las realidades”
de su vida diaria.