Alte
Jesuitenkirche "Mariä Himmelfahrt" Köln
1618 - 1715, Christoph Wamser
Unter Weinkennern war das Wort ‘Verschnitt’ lange Zeit ein
verächtliches Schimpfwort. Heutzutage jedoch wird nicht selten
dem, was mit diesem Wort gemeint ist, durchaus Hochachtung
entgegengebracht - allerdings unter einer anderen Bezeichnung:
‘Cuvée’. Gemeint ist die ‘Komposition’
eines Weines aus mehreren Traubensorten.
Verächtlich sprach man in meiner Jugend auch vom
‘Stilmischmasch’ mancher Kirchenbauten, wenn z.B. in der
Barockzeit ältere Kirchen der Gotik einfach barockisiert oder im
19. Jahrhundert Stilelemente der Romanik oder der Gotik
‘historisierend’ für kirchliche Neubauten aufgegriffen
wurden. Heute dagegen entdecken wir wieder die eigenständige
Schönheit auch einer neugotischen Kirche und betrachten zudem
Stilüberschneidungen an der Grenze zwischen Gotik und Barock mit
neuen Augen.
Auf den ersten Blick mag die alte Jesuitenkirche “Mariä
Himmelfahrt” in Köln als eine spätgotische Kirche
erscheinen mit einer davorgesetzten Barockfassade und einer
Innenausstattung im Stil des Barock. Bei näherem Hinschauen jedoch
ergibt sich ein anderes und sehr eigenwilliges Bild.
Die Kirche wurde so, wie sie heute dasteht, als ein Gesamtkunstwerk vom
Barockbaumeister Christoph Wamser (1574 - 1649) in den Jahren nach 1618
entworfen, allerdings - bedingt durch die Zeitverhältnisse - erst
1715 vollendet. Der Architekt ließ sich bei seinem Entwurf leiten
von einem eigenen, durch die Jesuiten seiner Zeit konzipierten Typ
gegenreformatorischer Kirchen. Maßgebend dafür war das
pastorale Konzept der Jesuiten: Das richtete sich einerseits
‘gegen’ die reformatorische Abspaltung von der
‘römischen Kirche’ katholischer Tradition und suchte
dementsprechend den Glauben und die ‘alten Werte’ der
Tradition zu bewahren. Andererseits jedoch ging es zugleich um eine
‘Reinigung’ des Althergebrachten und um eine grundlegende
Reform der Kirche, sowie um einen neuen, der Zeit angemessenen und
zukunftsorientierten Blick auf das Evangelium Jesu Christi.
Auf diesem Hintergrund ist es Christoph Wamser gelungen, Altes mit
Neuem zu verbinden und spätgotische mit barocken Stilelementen zu
einer Einheit zu verschmelzen. Dabei kam ihm die innere Verwandtschaft
zwischen hochgotischer und barocker Kirchenarchitektur entgegen:
Beide Baustile öffnen den Blick für den ‘Himmel’,
d.h. für jene göttliche Wirklichkeit, die unsere Welt
entgrenzt und das ‘Reich Gottes’ schon hier und jetzt, und
gerade in der aktuellen Not der Zeit als gegenwärtig erfahrbar
macht.
Jesuiten haben maßgeblich mitgewirkt an der Erneuerung der Kirche
- damals beim Konzil von Trient, das noch sehr stark
gegen-reformatorisch geprägt war, und in gleicher Weise beim
Zweiten Vatikanum, das sich sehr bewußt reformatorischen Impulsen
öffnete. Gleichzeitig läßt sich heute eine erneute
Hinwendung von Kirchen der Reformation zu vorreformatorischen
Traditionen der einen, christlichen Kirche beobachten. Für all
diese Entwicklungen legt die alte Kölner Jesuitenkirche ein
frühes Zeugnis ab. Sie ist daher - obwohl gegenreformatorisch
konzipiert - im eigentlichen Sinne eine ökumenisch offene Kirche.
Das hat sie übrigens gemeinsam mit der ‘neuen’
Kölner Jesuitenkirche “Sankt Peter”.
Heutige
Jesuitenkirche "Sankt Peter" in Köln
1513 - 1525
Diese Kirche ist zwar als eine der wenigen erhaltenen
gotischen Kirchen in Köln deutlich älter (1.Hälfte des
15.Jahrh.) als “Mariä Himmelfahrt”. Indem sie jedoch
heute kompromißlos den durch die gotische Architektur
geprägten ‘leeren Raum’ zur Geltung kommen
läßt, steht sie zugleich in der Tradition und ist doch ganz
und gar offen für die Gegenwart: Nicht nur für Kunst und
Musik unserer Zeit und für eine zeitgemäße Liturgie,
sondern vor allem für die Menschen von heute. Unabhängig von
deren Konfession geht sie ein auf deren Fragen und Suchen und gibt
ihnen Raum, zu sich selbst und möglichst auch zu Gott zu finden.
Immer wieder - und auch in unserem persönlichen Glauben - wird es
darum gehen, die Spannung zwischen Tradition und jeweils 'neuer Zeit'
auszuhalten, ohne bequem nach 'rechts' oder 'links' abzudriften, und
ohne den radikalen Bruch mit dem einen oder anderen in Kauf zu nehmen.
Iglesias de los jesuitas, Colonia

Antigua Iglesia de los jesuitas „La Asunción de María“ Colonia
1618-1715, Christopf Wamser
Entre los conocedores de vinos durante mucho tiempo la palabra „mezcla“ era una
palabrota despectiva. Sin embargo, hoy en día se muestra con
frecuencia una alta consideración a
lo que esta palabra significa, - ciertamente bajo otra
denominación: “Cuvée”. Ésta significa
la “composición” de un vino de varias clases de uvas.
También en mi juventud se hablaba
despectivamente del estilo “mezcolanza” de algunas
construcciones eclesiales, cuando, por ejemplo, en el barroco antiguas
iglesias del gótico fueron barroquizadas
o en el siglo XIX elementos “históricamente” del
estilo románico o gótico fueron capturados para nuevas
construcciones eclesiales. Por el contrario, hoy descubrimos de nuevo
la belleza autónoma también de una iglesia
neogótica y contemplamos además con nuevos ojos
entrecruzamientos de estilos en la frontera entre el gótico y el
barroco.
A primera vista la antigua iglesia de
los jesuitas „La Asunción de María” de
Colonia puede parecer como una Iglesia del gótico tardío
con una fachada barroca y una decoración interior de estilo
barroco. Sin embargo, en una mirada más cercana revela una
imagen diferente y muy original.
La Iglesia, tal como está hoy, fue
diseñada como una obra de arte global por el arquitecto barroco
Christoph Wamser (1574-1649) en los años posteriores a 1618 y
terminada en 1715, según los cómputos de la época.
El arquitecto se dejó guiar por su proyecto de un modelo propio,
concebido por los jesuitas de su tiempo, de iglesias
contrarreformistas. Para esto fue decisivo el concepto pastoral de los
jesuitas:
Este se dirigía por una parte “contra” la
separación de la Reforma de la tradición católica
de la “Iglesia de Roma” y buscaba, por tanto, conservar la
fe y los “antiguos valores” de la tradición. Pero,
por otra parte, se trataba, al mismo tiempo, de una
“purificación” de lo tradicional y de una reforma
fundamental de la Iglesia así como de una nueva mirada adecuada
a la época y orientada hacia el futuro sobre el Evangelio de
Jesucristo.
Con este fondo, Christoph Wamser consiguió
unir lo antiguo con lo nuevo y fundir en una unidad elementos
estilísticos del gótico tardío con otros del
barroco. Además salió al encuentro del entronque interior
entre la arquitectura eclesial del alto gótico y del barroco:
ambos estilos de construcción abren la mirada hacia el
“cielo”, es decir, hacia aquella realidad divina que une
nuestro mundo y el “Reino de Dios” ya aquí y ahora,
y lo hace experimentable como presente en la actual necesidad de la
época.
Los jesuitas colaboraron de modo decisivo en la
renovación de la Iglesia –entonces en el Concilio de
Trento que aún estaba muy fuertemente marcado de forma
anti-reformista y, del mismo modo, en el Vaticano II, que se
abrió muy conscientemente a impulsos reformistas.
Simultáneamente se observa hoy una reiterada vuelta de las
Iglesias de la Reforma a las tradiciones anteriores a la Reforma de la
única Iglesia cristiana. La antigua Iglesia de los jesuitas de
Colonia ofrece un testimonio temprano de todas estas evoluciones. Por
eso es –aunque concebida de modo contra-reformista- una iglesia
abierta al ecumenismo en el sentido auténtico.
Por otra parte, hace causa común con la
“nueva” iglesia de jesuitas de Colonia de “Sankt
Peter”.

Iglesia
actual de los jesuitas de „Sankt Peter“ de Colonia
1513-1525
Esta iglesia es una de las pocas iglesias góticas conservadas en
Colonia, claramente más antigua (primera mitad del siglo XV) que
la de “La Asunción de María”. Sin embargo,
resaltando hoy el “espacio vacío” marcado por la
arquitectura gótica, está abierta al mismo tiempo y de
forma total a la tradición y al presente: No sólo para el
arte y la música de nuestro tiempo y para una liturgia actual,
sino sobre todo para las personas de hoy. Independientemente de su
confesión, aborda sus preguntas y búsquedas y les
proporciona espacio para hallarse a sí mismas y también a
Dios.
Continuamente -y
también en
nuestra fe personal- se trata de soportar la tensión entre
tradición y el
"nuevo tiempo" respectivo sin perder el rumbo cómodamente hacia
la
"derecha" o la "izquierda" y sin aceptar la ruptura radical
con una u otro.
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