Flucht
Nachdenkliches (nicht
nur) für Christen
in einer Zeit, da viele 'Flüchtlinge',
'Fremde' oder
'willkommene Gäste'
bei uns Zuflucht suchen
Beate Heinen,
Reiß die Himmel auf...
Das
Schicksal der Flucht haben Menschen zu allen Zeiten erfahren
müssen.
Die Ursache war fast immer Egoismus, Machtgier und/oder
wirtschaftliches Gewinnstreben einiger weniger.
So auch damals, als Jesus selbst mit seiner Familie nach Ägypten
fliehen mußte. Später in seiner Gerichtsrede sagte er:
"Was ihr für einen meiner geringsten (Schwestern und) Brüder
getan habt, das habt ihr mir getan.“ (Mt. 25,40).
Die Erinnerung an die Flucht Israels aus dem
‚Sklavenhaus‘ Ägypten spiegelt sowohl in der
jüdischen,
wie in der christlichen Tradition die grundlegende und
glaubensprägende Erfahrung des Gottesvolkes
mit seinem befreienden Gott. (cf. Das biblische Buch
‚Exodus‘).
Im Laufe der Geschichte waren nicht nur Christen, sondern vor
allem Juden
immer wieder auf der Flucht vor Verfolgungen und Gewalt.
Zumal die oftmals vergeblichen Fluchtversuche unserer jüdischen
Mitbürgerinnen und Mitbürger
vor der Gewaltherrschaft der Nazis und vor drohenden
Konzentrationslagern
sollten gerade bei uns nicht in Vergessenheit geraten.
Auch sollte nicht Vergessenheit geraten, daß in dieser Zeit
nationalsozialistischer Gewaltherrschaft
nicht nur Juden, sondern auch Christen und viele andere Mitbürger,
die sich nicht verbiegen lassen wollten,
vor der Gewalt flohen und nicht selten in anderen Ländern
gastliche Aufnahme fanden.
Immer wieder haben auch Kriege
Menschen vieler Nationen zur Flucht gezwungen -
nicht zuletzt der von Deutschland angezettelte Zweite Weltkrieg.
In der Konsequenz dieses verbrecherischen Krieges mußten zwischen
1944 und 1948
schließlich auch 11.900.000 Deutsche ihre Heimat verlassen.
Ihre alte Heimat wurde vielfach neu besiedelt von Menschen, die zuvor
selbst vertrieben worden waren.
In den verbliebenen Regionen Deutschlands fand die enorme Zahl von
Vertriebenen und Flüchtlingen eine neue Heimat.
Heute ist kaum noch nachvollziehbar, wie viele Mühen und Opfer,
aber eben auch Aufnahmebereitschaft und Gastfreundschaft deren
Integration bei uns möglich machte.
Auch sei erinnert an die Flüchtlinge aus der ehemaligen DDR,
die großenteils im Westen Deutschlands Aufnahme fanden.
Allein von der Gründung der DDR am 7. Oktober 1949 bis in den Juni
1990
verließen über 3,8 Millionen Menschen diesen Staat, davon
viele illegal und unter großer Gefahr.
Auf diesem Hintergrund ist das Wort von Angela Merkel „Wir
schaffen das!“
angesichts der Flüchtlinge, die aktuell bei uns Schutz und
Sicherheit suchen, durchaus nachvollziehbar.
Noch nie - und zumal nicht in den Nachkriegsjahren - waren die
wirtschaftlichen Voraussetzungen
für eine Aufnahme auch sehr vieler Flüchtlinge so
günstig wie heute.
Zudem werben ausnahmslos alle
Verantwortlichen der christlichen Kirchen im Sinne der Botschaft Jesu
Christi
für eine großherzige und selbstverständliche
Gastfreundschaft.
Um so unverständlicher ist, daß auch unter Christen und
zumal in den sogenannten ‚christlichen‘ Parteien
der Wiederstand wächst.
Die Heilige Schrift der Christen mahnt uns:
„Vergeßt die Gastfreundschaft nicht; denn durch sie haben
einige, ohne es zu ahnen, Engel beherbergt.“ (Hebr. 13, 2).
P. Heribert Graab
Huida
Reflexiones (no
sólo) para cristianos
El sino de la huida lo han tenido
que experimentar personas
de todos los tiempos.
Casi siempre la causa fue egoísmo, ansía de poder y/o
afán de lucro
económico de unos pocos.
Esto mismo sucedió cuando el propio Jesús tuvo que huir
con su familia
a Egipto.
Más tarde en Su discurso del Juicio Final dijo:
“Lo que hagáis con uno de mis más pequeños
hermanos o hermanas,
conmigo lo habéis hecho,” (Mt 25,40)
El recuerdo de la huida de la ‘esclavitud’ de Egipto refleja
tanto en la tradición judía como en la cristiana la
experiencia
fundamental y marcada por la fe del pueblo de Dios
con su Dios liberador. (cf. el libro del ‘Éxodo’).
En el transcurso de la historia no sólo los cristianos sino
sobre todo
los judíos huyeron continuamente de las persecuciones y de la
violencia.
Sobre todo los intentos de huida vanos de nuestros conciudadanos
judíos ante la tiranía de los nazis y los amenazadores
campos de concentración no debieran caer en el olvido entre
nosotros.
Tampoco debiera caer en el olvido que en esta época la
tiranía nacionalsocialista no sólo judíos sino
también cristianos
y muchos otros conciudadanos,
que no se quisieron dejar doblegar, huyeron ante la violencia
y encontraron con frecuencia en otros países acogida
hospitalaria.
Continuamente también guerras obligaron a huir a personas
de muchas naciones y no en último término en la Segunda
Guerra mundial urdida por Alemania.
Como consecuencia de esta guerra criminal, entre 1944 y 1948
también tuvieron que abandonar su patria 11.900.000 alemanes.
Su vieja patria fue poblada de nuevo por personas,
que antes habían sido expulsadas.
En las regiones de Alemania que habían quedado encontró
el enorme número de expulsados y refugiados una nueva patria.
Hoy son apenas comprensibles tantos esfuerzos y sacrificios,
pero sólo la acogida y la hospitalidad hicieron posible
su integración entre nosotros.
También hay que recordar a los refugiados de la antigua
República Democrática Alemana,
que en gran parte hallaron acogida en la Alemania Occidental.
Sólo desde la fundación de la República
Democrática Alemana
el 7 de octubre de 1949 hasta junio de 1990,
abandonaron este estado más de 3,8 millones de personas,
muchos de ellos de forma ilegal y con gran peligro.
Con este fondo, la expresión de Angela Merkel
“¡nosotros creamos esto!”
a la vista de los refugiados, que actualmente buscan en nosotros
seguridad y protección, es totalmente comprensible.
Nunca – y sobre todo en los años posteriores a la guerra
– fueron
las condiciones económicas previas tan favorables como hoy
para la acogida de muchísimos refugiados.
Además todos los responsables de la Iglesias cristianas sin
excepción
se manifiestan en el sentido del mensaje de Jesús a favor
de una hospitalidad generosa y lógica.
Por eso es incomprensible que también entre cristianos y
sobre todo en los llamados partidos ‘cristianos’ crezca la
resistencia.
La Sagrada Escritura de los cristianos nos exhorta:
“No os olvidéis de la hospitalidad; gracias a ella
hospedaron algunos,
sin saberlo, a ángeles.” (Hb 13,2)
P. Heribert Graab S.J.
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