Vielleicht besuchen Sie in diesem Novembermonat
nicht nur die Gräber Ihrer Lieben,
sondern verbinden diesen Besuch mit einem meditativen Spaziergang über den Friedhof.
Impulse zur Meditation geben Ihnen viele Grabsteine:
nüchtern-sachliche, hoffnungslos-ungläubige oder auch österlich-gläubige
Sichtweisen des Todes drücken sich in diesen Steinen aus.

Dieses aus rotem Sandstein gehauene Kreuz steht
als Grabstein auf dem Grab meiner Eltern.
Natürlich verbindet sich mit dem Gedanken an Tod
für Christen immer das Bild des Kreuzes.
Es weckt in uns Assoziationen von Dunkelheit, Leid und Abschiednehmen.
Aber eben nicht nur das!
Dieses Kreuz eröffnet Durchblicke -
Durchblicke auf den lebendig-grünen Hintergrund,
Durchblicke auf Lebendiges, Durchblicke auf Ostern.
Alle Dimensionen des Kreuzes und auch die "Durchblicke"
sind miteinander verbunden durch ein Band des Lebens.
Ich deute dieses Band als ein Symbol
jenes Lebens ohne Anfang und ohne Ende,
das Gott selbst ist.
Im Glauben weiß ich, daß wir durch den gekreuzigten Christus
in dieses göttliche Leben hinein erlöst sind.
Und dieser gekreuzigte Christus ist auf dem Grabstein eben nicht dargestellt
als der leidende und sterbende Mensch Jesus von Nazareth,
sondern als der sieghaft tanzende Christus,
der uns mit weit geöffneten Armen
mit hineinziehen will in Seinen lebensfroh-österlichen Tanz.

Día de Difuntos

Quizás en este mes de Noviembre visiten Vds.
no sólo las tumbas de sus seres queridos,
sino que unan esta visita con un paseo meditativo
por el campo santo.
Muchas lápidas sepulcrales les darán impulsos para la meditación:
prosaicamente-neutras, descreídas-sin esperanza o también
creyentes-pascuales.
En estas piedras se expresan formas de ver la muerte.

Esta Cruz labrada de gres rojo está
como lápida sepulcral en la tumba de mis padres.
Naturalmente la imagen de la Cruz se une siempre en los cristianos
con pensamientos de muerte.
Despierta en nosotros asociaciones de obscuridad, sufrimiento y
despedida.
Pero ¡no sólo esto exactamente!
Esta cruz abre perspectivas –
perspectivas al fondo de un verde viviente,
perspectivas a lo viviente, perspectivas a la Pascua.
Todas las dimensiones de la Cruz y también todas las “perspectivas”
están mutuamente unidas por un vínculo de vida.
Yo interpreto este vínculo como un símbolo
de aquella Vida sin principio ni fin
que es Dios mismo.
Por la fe yo sé que nosotros somos salvados en esta vida divina
por medio de Jesús crucificado.
Y este Jesús crucificado no es representado precisamente
en la lápida sepulcral
como el ser humano Jesús de Nazareth que sufre y que muere,
sino como el Cristo que danza triunfante,
que con los brazos ampliamente abiertos
nos quiere implicar en Su danza pascual-vitalmente alegre.