Zum 33. Sonntag im Jahreskreis
19. November 2017






Die Frau in der Kirche

Aktueller Beitrag anläßlich der Lesung aus dem Buch der Sprichwörter:
Das Loblied auf die Frau

(zu Spr. 31, 10-31)

Was dieses Foto darstellt, charakterisierte - ein bißchen zugespitzt - etwa bis zum Zweiten Vatikanischen Konzil die Rolle von Frauen in der katholischen Kirche. Bis auf den heutigen Tag gibt dieses Bild ein weitverbreitetes (Vor-)Urteil in der Öffentlichkeit wieder. Vermutlich bleibt das Vorurteil unausrottbar, bis irgendwann einmal die Priester- und Bischofsweihe von Frauen auch in der katholischen Kirche zur Selbstverständlichkeit geworden ist.

Dennoch hat sich inzwischen viel getan, auch wenn das kaum wahrgenommen und jedenfalls nicht honoriert wird: Frauen haben inzwischen viele Positionen in unserer Kirche erobert, von denen sie früher ausgeschlossen waren. Sie sitzen in Pfarrgemeinderäten, Dekanatsräten, Diözesanräten und nehmen oftmals auch den Vorsitz wahr. Einige Frauen haben es sogar bis in die Diözesanleitung geschafft und nehmen Aufgaben wahr, von denen vor nicht allzu langer Zeit niemand zu träumen wagte. Ämter wie die von Abteilungsleitern oder gar Hauptabteilungsleitern waren ausschließlich Priestern vorbehalten. Heute dagegen werden z.B. im Erzbistum Köln die Stabsabteilung Recht, die Stabsabteilung Stiftungen und Fundraising, die Hauptabteilung Seelsorge und die Hauptabteilung Schule/Hochschule von Frauen geleitet.

Selbst in Vatikan wurden in jüngster Zeit Frauen in wichtige Leitungspositionen berufen – und zwar nicht nur als Leiterin der Vatikan-Bibliothek, sondern auch in die jeweils dreiköpfigen Leitungsgremien der ‚Dikasterien‘ (= Ministerien) der ‚Regierung‘ der Weltkirche. Dort sind sie allerdings auch heute nur rar gesät und haben es auch ‚nur‘ bis zum ‚Rang‘ einer Untersekretärin gebracht, die in etwa einer Staatssekretärin entspricht. Aber immerhin legt Papst Franziskus großen Wert darauf, deutlich mehr Frauen in kirchliche Leitungspositionen zu holen.

Frauen können heute – wenn auch längst noch nicht überall auf der Welt - alle pastoralen Berufe ausüben außer dem Priester- und Diakonenamt; aber auch diesbezüglich gibt es ein ständiges Drängen und Mahnen, sich in diesen Fragen nicht den Mund verbieten zu lassen. Liturgische Dienste von Frauen, wie Ministranrinnen, Lektorinnen, Kommunionhelferinnen, Kantorinnen sind selbstverständlich geworden. Außerdem gibt es kaum noch eine katholisch-theologische Fakultät ohne eine Professorin. Rundum ein erfreuliches Ergebnis, wenn man - wie gesagt - die Frage nach dem Priesteramt einmal ausklammert.

Im Dialogprozess zur Erneuerung unserer Kirche, der im Gange ist, wird in nächster Zukunft mehr und mehr die Frage der Frau in der Kirche einen Schwerpunkt bilden - einschließlich kirchlicher Ämter. Wenn man auf die Kirchengeschichte schaut bis zurück in neutestamentliche Zeiten, fällt auf: Die Kirche war des öfteren schon der heutigen Entwicklung weit voraus.


P. Heribert Graab S.J.
(teils nach Anregungen von Prof. Dr. Bernhard Krautter
in "Volk Gottes" 8/2011, S. 94.)



Para el Domingo Trigésimo Tercero del ciclo litúrgico A
19 Noviembre 2017



 

La mujer en la Iglesia

Aportación actual con motivo de la Lectura del libro de los Proverbios:
El elogio de la mujer


(Prov 31,10-31)

Lo que esta imagen presenta –un poco acentuado- caracteriza el papel de las mujeres en la Iglesia católica hasta el Concilio Vaticano II. Hasta el día de hoy esta imagen reproduce un (pre) juicio muy extendido entre el público. Probablemente el prejuicio continúe inextirpable hasta que la ordenación sacerdotal y episcopal de las mujeres también en la Iglesia católica se convierta en algo natural.

Sin embargo, entretanto se ha hecho mucho aunque apenas percibido y, en todo caso, no apreciado: entretanto las mujeres han conquistado muchos puestos en nuestra Iglesia, de los que antes estuvieron excluidas. Se hallan en consejos de las comunidades parroquiales, consejos de decanatos, consejos diocesanos y, a menudo, desempeñan también la presidencia. Algunas mujeres han desempeñado incluso la dirección diocesana y desempeñan tareas, que nadie se hubiera atrevido a soñar hace no demasiado tiempo. Funciones como la de director de departamento o incluso director de departamento principal estaban reservadas exclusivamente a sacerdotes. Por el contrario, en el Arzobispado de Colonia, hoy son dirigidos por mujeres el departamento de derecho, el departamento de donaciones y recaudación de fondos, el departamento principal de atención a las almas y el departamento principal de escuela/universidad.

Incluso en el Vaticano en época reciente fueron nombradas mujeres en importantes puestos directivos y no sólo como directoras de la Biblioteca Vaticana sino también en los gremios tricéfalos de dirección de los “dicasterios” (= ministerios) del “gobierno” de la Iglesia universal. . Ciertamente también hoy es poco frecuente y “sólo” pueden alcanzar el rango de una subsecretaria, que corresponde aproximadamente a una subsecretaria civil. Pero de todos modos el Papa Francisco da gran importancia evidentemente a buscar más mujeres para que ocupen puestos directivos eclesiales.

Las mujeres hoy pueden  -aunque no desde hace mucho tiempo- desempeñar todas las tareas pastorales menos el sacerdocio y el diaconado; pero a este respecto también hay un permanente apremio a no permitir que se prohíba hablar del asunto, a que haya que cerrar la boca, puesto que somos cristianos “mayores de edad” y  somos la Iglesia.
Servicios litúrgicos de las mujeres, como monaguillas, lectoras, ministras de la Comunión, cantoras naturalmente se han dado. Además no hay apenas ninguna facultad de teología sin una profesora. En torno a un resultado favorable cuando se trata de la cuestión sobre el sacerdocio, el asunto se deja de lado.

En el proceso de diálogo sobre la renovación de la Iglesia, que está en marcha, en un futuro cada vez más próximo, la cuestión de la mujer en la Iglesia constituirá un punto esencial –incluido en las tareas eclesiales. Si se pasa revista a la historia de la Iglesia hasta los tiempos neotestamentarios, llama la atención que la Iglesia iba ya con frecuencia muy por delante de la evolución actual.


P. Heribert Graab S.J.
(en parte según las sugerencias del Prof. Bernhard Krautier
en “Volk Gottes” 8/2011, pag. 94)